No se preocupe, no estamos pidiendo que deje su cargo. Aunque no lo crea, porque ve amenazas de golpe en todos lados, menos donde debe ser, los bolivianos estamos muy conformes con su mandato. En cierta forma, usted también nos libró del cocalero Morales, un sujeto que debería estar en la cárcel hace mucho tiempo, pero que sigue siendo una amenaza para el país, riesgo del que usted nos está protegiendo, tal vez sin darse cuenta.
No queremos que corra la misma suerte que el amo del Chapare, que huyó de sus propios demonios, pues en 2019 nadie quería echarlo ni darle un golpe, sino que explique lo del fraude, que rinda cuentas de sus actos y, como ve, todavía no ha podido escapar, pues sus fechorías lo siguen como una sombra y tarde o temprano lo van a alcanzar, a él y a todos los que estuvieron a su lado. Usted sabe muy bien que en Bolivia rige una ley suprema: “me agarran a mí y nos vamos todos a la chirola”.
Por eso es que muy respetuosamente le pedimos que renuncie a seguir los mismos pasos que el cocalero. El es un mafioso que responde a los cárteles de la droga, ellos son sus jefes y ya no tiene nada qué perder. Renuncie a aplicar sus métodos, a replicar el modo de hacer política de los odiadores y verdaderos separatistas que hay en Bolivia, los que quieren desatar una guerra civil, los que buscan la confrontación racial, los que se relamen por mandar sus hordas criminales a arrasar ciudades, a matar de hambre a la gente y a incendiar sus casas.
Renuncie a perseguir, a torturar y a encarcelar. Usted mismo está viendo que la justicia creada por el MAS no es ninguna garantía de impunidad, que la ley tarda pero llega, que las mentiras tienen patas cortas y que tarde o temprano las deudas se pagan, de lo contrario la civilización no avanzaría, el mundo estuviera sumido en un caos y los tipos como Morales serían los amos del planeta, los modelos a seguir, los prototipos de hombres y mujeres y ejemplos de la niñez.
Renuncie a los consejos que les dan los aventureros del Foro de Sao Paulo, que no descansarán hasta que Bolivia esté sumida en la miseria como Cuba y Venezuela, donde la gente se ha vuelto esclava de los narcos, porque donde no hay pan, cualquier mano que te lo sirve es bienvenida.
Usted sabe que tiene que renunciar a todo eso. Cuando ganó las elecciones lo sabía y lo dijo claramente en sus primeros discursos, pues la única manera de evitar las consecuencias de las que hablamos es buscando la reconciliación y la pacificación del país.
Aquella vez también habló de renunciar a las mentiras. No es verdad que vamos bien, la economía se sostiene a fuerza de raspar la olla y de exprimir a la poca gente que paga impuestos y aporta al erario nacional en Bolivia. Muy pronto esa gente ya no dará más, sobre todo, si usted insiste en ver a los productores como enemigos, golpistas y desestabilizadores. No hay nadie que quiera apoyarlo más que ellos, pero usted insiste en erosionar su propio gobierno y ayudarles al cocalero y los criminales que lo acompañan a destruir la democracia, sin importarle que sea usted el que está al frente.
Por eso es que muy respetuosamente le pedimos que renuncie a seguir los mismos pasos que el cocalero. El es un mafioso que responde a los cárteles de la droga, ellos son sus jefes y ya no tiene nada qué perder.