El alto mando militar de Bolivia le dio la peor noticia al presidente Morales después del amotinamiento policial iniciado el viernes por la tarde. El mensaje de las Fuerzas Armadas fue muy escueto pero muy claro y sobre todo, lleno de significado. En primer lugar han ratificado su convicción de no intervenir en asuntos políticos, compromiso que asumieron desde el retorno de la democracia. En segundo lugar, han dicho que no van a tropezar con la misma piedra, es decir, no van a salir a las calles a mancharse las manos con sangre. En tercer lugar, lo más destacable, no han querido quitarle el protagonismo al ciudadano en la conducción de esta revolución. En este sentido, se han portado mucho más decentes que muchos políticos que juegan al oportunismo y se quieren atribuir triunfos ajenos.