Más de 20.000 empleados de Petrobras prácticamente la tercera parte de la plantilla de la mayor empresa estatal de Brasil suman ya más de dos semanas de huelga, una situación que eleva el riesgo de desabastecimiento en el gigante sudamericano.
Las demandas. Pero el paro sigue adelante, paralizando la actividad en 113 plantas repartidas en 13 Estados del país, según los datos de la FNP, la Federación Nacional de Trabajadores del Petróleo. Detrás del paro está la petición de que se anulen los despidos de los empleados de la fábrica de fertilizantes nitrogenados de Paraná, cuyo cierre definitivo ha sido comunicado recientemente por Petrobras y conlleva la salida de casi 400 empleados, y el cumplimiento de los acuerdos de negociación colectiva por parte de la empresa
Riesgo de desabastecimiento de gasolina. El paro ha elevado el riesgo de que no haya gasolina suficiente para abastecer las ingentes necesidades de consumo del país más grande de América Latina. Décio Oddone, director general de la Agencia Nacional del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), envió una carta al Tribunal Superior del Trabajo alertando sobre el riesgo de desabastecimiento de combustibles por la huelga de los trabajadores.
Protesta contra el giro liberal. Más allá de los casi 400 despidos en la planta de fertilizantes de Paraná, la plantilla denuncia que Petrobras no está respetando el acuerdo de negociación colectiva y reclama el fin de la política de paridad con el mercado internacional —que puso en marcha el Gobierno de Michel Temer y que ajusta el precio que del gas y la gasolina en función del tipo de cambio y de la cotización del petróleo en los mercados internacionales.
113 Plantas
repartidas en los 13 estados del país están paralizadas.