La senadora Janine Añez, la primera en la línea de sucesión constitucional para ocupar la presidencia de la república, ha dicho que la prioridad número uno es la convocatoria a nuevas elecciones para conseguir, en lo posible, realizar la transmisión de mando el 22 de enero de 2020. Hay quienes dudan de que se pueda cumplir ese plazo, sobre todo porque en los próximos meses se pueden desatar los apetitos políticos de numerosos dirigentes, pues uno de los rasgos más pintorescos de nuestro país es que, detrás de cada boliviano hay un candidato a presidente. La otra incógnita tiene que ver con el MAS y la posibilidad de que pueda o no participar en los comicios con un candidato que no sea Evo Morales, porque tampoco es cuestión de adelantar el Carnaval. Los que están a favor creen que sí deber haber espacio para los masistas, pues no se le puede quitar la representación a esa porción de la población. Los que están en contra opinan que la sigla que estuvo en funciones hasta el domingo no tiene derecho a participar porque se trata de una organización criminal.
Esto parece exagerado, aunque en honor a la verdad, ellos mismos están haciendo todo los esfuerzos para entrar en esa categoría.