Europa y su futura demanda de migrantes


Los estudios afirman que muy pronto Europa pasará a ser demandante de inmigración calificada de forma masiva. En un futuro próximo, este continente necesitará varios millones de personas provenientes de otros lugares del planeta si quiere mantener su economía estable.

Según EUROSTAT, hasta el 2050 Europa necesitará más de 200 millones de migrantes, sin contar con Estados Unidos y Japón. ¿Las razones? Un progresivo envejecimiento de la población, las décadas continuadas de bajos índices de natalidad, y la disminución del crecimiento de la estructura productiva, en términos de capital social.

Siguiendo esta tendencia, últimamente España ha flexibilizado las medidas migratorias en el país a través de una serie de modificaciones en beneficio de los extranjeros y de la creación de nuevas opciones para regularización de inmigrantes. Por su parte, Francia ha anunciado la regularización de muchos inmigrantes ante la falta crónica de mano de obra. Adicionalmente, es conocida la demanda de Alemania por profesionales cualificados a los cuales ofrece trabajo y vivienda, así como cursos de idiomas.

En este marco, es importante que los países desarrollados no solamente modifiquen sus políticas migratorias, sino que también se dediquen intensivamente a concientizar a la población acerca de la realidad del aporte migrante a las economías nacionales europeas, de su futura necesidad de extranjeros como fuente vital de aporte a la economía nacional, y de las ventajas de la migración, y de esta forma propender a un cambio de actitud en la población en general, ya que existen muchísimas e incesantes quejas en todos los países de la región acerca del racismo y de la segregación permanente que se vive en la mayor parte de las ciudades europeas.

Existen varios mitos que hay que derrumbar, tales como el hecho de que los migrantes vienen a quitar el trabajo de los nacionales, o que los migrantes solicitan más subvenciones que los nacionales. Basta con comparar con el tratamiento que se ha dado al grupo humano que vino desde Ucrania, el cual ha sido receptor inmediato de casi 17.000 millones de euros en menos de un año, y a quienes desde el principio se les concedió derecho inmediato a vivir y trabajar allí donde se encuentren refugiados. Más allá del horror de la guerra, y de lo acertado de estas políticas, lo deseable sería que esta generosidad se extienda a otros conjuntos de migrantes, y que Europa tome conciencia de su necesidad de asumir una perspectiva “superior” que le permita tener una actitud más racional y sobre todo más humana con quienes llegan al continente europeo buscando un futuro mejor.