Se equivocan los que aseguran que Luis Arce no ha aparecido para sacar pecho por su modelo económico en un momento que parece hacer aguas su milagro. Sí lo hizo y fue a través de su cuenta de Twitter, para recordar el 140 aniversario de la muerte de Carlos Marx, el padre del socialismo y, naturalmente, el autor intelectual de la muerte de más de 150 millones de personas que se resistieron a ser cómplices del desastre ocurrido en más de 60 países que han abrazado el comunismo desde principios del siglo pasado. “Su ejemplo es un referente imprescindible en la lucha de nuestros pueblos contra la explotación y dentro del pensamiento revolucionario mundial”, dice Arce sobre el hombre que jamás trabajó y dejó morir de hambre a sus hijas. No se sabe si por torpeza o a propósito, pero hablar de las bondades del marxismo en las circunstancias actuales es la peor expresión de humor negro, una burla para los bolivianos que están afligidos por el su futuro, el de sus hijos y sus negocios. Arce no da tranquilidad ninguna y al hablar de este nefasto personaje pareciera estar presagiando lo que nos espera a los bolivianos.