En el MAS no falta quien lance la burrada del día y en eso, el senador paceño Félix Ajpi es el campeón. Tratando de defender a su jefe Luis Arce, cuyo mundo maravilloso ha comenzado a trastabillar, ha dicho que la pobreza de una persona no se mide solamente por las condiciones materiales, pues ya sea la riqueza o la miseria son cuestiones mentales que no tienen que ver con el aspecto monetario o las posesiones. Si esta afirmación viniera de un gurú del oriente, algún maestro del budismo o un monje del Tíbet, se podría notar una buena intención, pero por más que quiera dar la apariencia de un viejo chocho, el sujeto en cuestión tiene muy mala leche, como todos los de su partido. Si no es así, que vaya y les diga a los narcos, chuteros, corruptos y demás cómplices del MAS, que dejen de lado su angurria por el dinero y se dediquen al servicio a la gente. Que hable con su colega, el diputado millonario que hizo plata con la política y le hable de sus fábulas estoicas. Su afirmación es más dañina de lo que parece, pues busca el conformismo de los pobres, el resentimiento hacia las personas exitosas y la esperanza de que algún mesías o un sistema político les va a cambiar la vida.
El falso gurú de los pobres
