“Esto recién empieza”, dicen los que creen que el camino hacia las elecciones de 2025 será un verdadero calvario para el país por culpa de la pelea interna del MAS y la intención del régimen (que involucra a los dos bandos) de destruir la democracia, perpetuar el fraude y llevar adelante una razzia contra la oposición, al mejor estilo de lo que hizo Daniel Ortega en Nicaragua.
En este momento, el departamento de Santa Cruz se encuentra aislado del occidente del territorio por bloqueos en las dos principales vías de acceso, una de ellas interrumpida desde hace una semana en la zona de Yapacaní. En todo el país había este lunes 12 puntos en los que agrupaciones vinculadas el cocalero Morales mantenían interrumpido el tráfico carretero. Para lo que resta de la semana se espera más medidas de presión que traen complicaciones a la población y muchas pérdidas para una economía vapuleada por una crisis financiera que tiende a agudizarse.
Los sindicatos y agrupaciones campesinas que han manifestado lealtad con Luis Arce también se han manifestado y lo hacen con el mismo lenguaje de sus adversarios, es decir, amenazando con bloquear y paralizar las actividades productivas. Los cooperativistas mineros anuncian que se plegarán al paro que encabeza el Comité Cívico de Potosí exigiendo una ley del litio, los maestros rurales tienen planes de contrarrestar a sus colegas urbanos que se mantienen en plan de lucha y los denominados interculturales, que no son más que avasalladores profesionales, son arengados por el primer mandatario, quien los califica como el pilar del crecimiento nacional. Esto no hace más que presagiar más ataques a la propiedad privada como los que han estado proliferando y que se han convertido en una de las principales armas proselitistas del MAS.
Los bandos enfrentados han pasado de las denuncias, los insultos y las acusaciones a los hechos y lo hacen con las armas que mejor manejan. El problema es que el principal martirizado es el pueblo trabajador, el que produce, el que viaja, transporta mercaderías y exporta. Se trata de una pulseada criminal entre “arcistas” y “evistas” y el que sufre las consecuencias es el ciudadano común, en un momento en el que más se necesita trabajar, dinamizar los negocios, preservar el empleo e incrementar la producción de mercancías, tanto para el mercado interno como para las exportaciones que permiten el ingreso de divisas.
Además de que la crisis política es perjudicial para el clima de negocios y las inversiones, genera derroche ya que en este momento, la prioridad del gobierno de Arce es comprar lealtades a muy alto precio, movilizar gente de un lado a otro, incrementar el clientelismo y pagar lo que haga falta para impresionar a las masas, ganar espacios y dar la sensación de que todo marcha sobre ruedas. Todo esto, en un momento de gran algidez, en el que la situación económica manda con urgencia a ahorrar, recortar y reducir.
Además de que la crisis política es perjudicial para el clima de negocios y las inversiones, genera derroche ya que en este momento, la prioridad del gobierno de Arce es comprar lealtades a muy alto precio, movilizar gente de un lado a otro, incrementar el clientelismo y pagar lo que haga falta para impresionar a las masas, ganar espacios y dar la sensación de que todo marcha sobre ruedas. Todo esto, en un momento de gran algidez, en el que la situación económica manda con urgencia a ahorrar, recortar y reducir.