A Evo Morales lo quieren mucho en Argentina, lo aclaman y lo reciben con los brazos abiertos cada vez que viaja a ese país. Pero es un cariño muy raro, pues todos saben que hay mucho racismo en Argentina y la discriminación es brutal, especialmente contra los bolivianos, al extremo de que se lo considera uno de los peores insultos. Algo no termina de cuajar en este romance, promovido especialmente por el gobernante partido peronista que le ha entregado decenas de títulos y condecoraciones al cocalero, sin que aquello repercuta en un sentimiento algo más solidario hacia los compatriotas representados justamente por Evo Morales. El ex vicepresidente argentino Carlos Federico Ruckauf, un peronista de pura cepa, acaba de mostrar cuál es la razón de ese adulo tan marcado hacia el ex mandatario boliviano y la conclusión la saca después de que Morales ha sido acusado de agitador de los indígenas peruanos que han puesto patas arriba la situación social del Perú. En Argentina también tienen indígenas y existe el temor a que se produzcan levantamientos o que se agudicen como ha pasado en Chile con los mapuches. Tener contento al cocalero y llenarlo de medallitas es una forma de evitar se vuelva un incitador. Hasta ahora les ha salido bien la jugada.
El “amor” por Evo en Argentina
