Bolivia debe atenuar el peligro de la recesión


Bolivia debe atenuar el peligro de la recesión

La caída abrupta de los precios del petróleo y la propagación impensada del Coronavirus COVID-19 a nivel mundial, en la semana que pasó, han puesto en jaque a los mercados financieros, con una creciente fuga de divisas, devaluación de las monedas con respecto al dólar y  provocando un destino camino a la recesión global. En tanto para Bolivia, un país altamente vulnerable a los factores externos de su economía, el impacto si bien no es inmediato, se prevé un golpe demasiado fuerte a partir de junio, en la fuente principal de sus ingresos: la venta de gas a Brasil y Argentina y las exportaciones no tradicionales.  

La preocupación no es para menos. Un país que desde el 2014 se encuentra en constante desaceleración económica, una gestión de gobierno entrenida sociopolíticamente en un año de procesos electorales y donde las consideraciones no son precisamente cómo afrontar esta situación, sino cómo llegar o permanecer en el poder, la incertidumbre se muestra desafiante. 

"El efecto es inevitable porque la economía mundial está globalizada. En caso de Bolivia, la caída del precio del petróleo es un golpe muy duro para la economía, además si a eso sumamos que cada vez estamos bajando la velocidad de crecimiento; el efecto sobre las metas de crecimiento proyectados para este 2020, será aún más compleja, porque no se logrará alcanzar esos objetivos", señala el economista Waldo López. 

Gary Rodriguez, Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), alerta que urge hacer las correcciones oportunas a la economía, más aún cuando los macro indicadores no están en  su mejor momento. 

"Estamos todavía lejos de una crisis. Lo que nos debe interesar es la tendencia de esos indicadores, donde lo que debería estar subiendo está bajando y lo que debería bajar está en ascenso. Eso refleja con nuestras reservas cada vez en contracción, mientras nuestras exportaciones en lugar de subir, decrece", asegura.

Un panorama que palidece las proyecciones. Con la caída de los precios del petroleo y la propagación del Coronavirus, dice el economista Germán Molina, está muy difícil asegurar y alcanzar las variables macroeconómicas estimadas para el 2020 y utilizadas en el Presupuesto General del Estado (PGE) fueron: un Producto Interno Bruto (PIB) de 4,24% de crecimiento; una tasa de inflación de 3,98%; déficit fiscal de 6,79% respecto al PIB y presupuesto consolidado del gasto del sector público (SP) de Bs 210.910 millones.

La tendencia en caída de las variables macroeconómicas, tienen que ver básicamente con bajos ingresos por recaudaciones, déficit fiscal alto, saldo comercial negativo, una significativa reducción de la Reservas Internacionales Netas (RIN) y un creciente endeudamiento, dejando al descubierto un desequilibrio fiscal.

"La anterior gestión gubernamental priorizo el gasto fiscal presente utilizando los ingresos fiscales ordinarios, extraordinarios, desahorro público y deuda pública, colocando al país en situación de riesgo de solvencia y sostenibilidad de las finanzas públicas, por la tendencia de declinación de los ingresos fiscales afectados por la baja de los precios y  cantidades físicas de los productos destinados al mercado externo", asegura Molina.

El efecto coronavirus COVID-19. Si bien el dinamismo de la actividad económica no se detiene de manera directa en los sectores estratégicos  como gas, minería y productos no tradicionales, en otros eslabones  que convergen a todo lo que capital humano y financiero, la simple declaratoria de cuantena para hacer frente al coronavirus, ya sea de manera preventiva es una manera de poner freno al aparato productivo y desarrollo, coinciden los economistas.

El Decreto 4179 que declara emergencia nacional en Bolivia, emitido el pasado jueves, entre muchos aspectos ha ordenado la paralización de la actividad educativa, además de la salida y llegada de vuelos internacionales que conectan Bolivia con Europa. 

"Bolivia no se si tiene la capacidad de soportar por dos semanas la cuarentena", dice el economista Boris Alfredo Luna, al mencionar que los efectos, como consecuencia del Coronavirus COVID-19 se sentirán inmediatamente en los próximos dos a tres meses, sumado el impacto que tendrá la caída de los precios del petróleo.

Asimismo, el experto remarca que el efecto de la cuarentena puede llegar a través de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios. "Un ejemplo: el turismo , habrá una caída estrepitosa en el rubro de hotelería, restaurantes que están ubicados en las principales centros turísticos. Eso ya es un efecto directo en la caída de los ingresos para los que invierten y viven de este rubro", señala.

Sumado ambos contextos, el economista Mauricio Ríos García, en su blog personal señaló que "el país acaba de entrar ya en una tormenta perfecta", en referencia a que no solo es el Coronavirus lo que le impacta a la economía del país sino otras nueve situaciones preocupantes. Entre ellas cita que además del Coronavirus, está el desplome de los precios del petróleo,  el 53% de recesión de EE.UU que tendrá su efecto en la región y el país, dificultad para emitir más bonos (más endeudamiento), bajo nivel de liquidez y reservas (desahorro interno), incremento de la mora  (en el sistema financiero) y mal manejo de las expectativas de crecimiento. 

"Lo mejor no son inyecciones monetarias para incrementar el consumo y que los restaurantes se mantengan abiertos, sino tal vez recortes impositivos para ayudar a los restaurantes a sobrevivir la temporada. Por supuesto, al reducir la recaudación impositiva el déficit fiscal volvería a dispararse", argumenta como posibles líneas de acción.

Molina añade que todos los países están siendo afectados en sus economías en sus balanzas comerciales, de capital, reservas internacionales netas, tipo de cambio, ingresos fiscales, depósitos bancarios, inversión extranjera directa, caída en el valor de las acciones de las empresas, caída del precio del barril de petróleo. "Hay pánico financiero y económico ante una nueva recesión económica", señala.

Respuestas ante la coyuntura. Para hacer frente a la delicada situación macroeconómica que ya está omnipresente a nivel global, los expertos, en el caso de Bolivia, sugieren dar un golpe de timón para atenuar una anticipada recesión económica del país, como consecuencia del Coronaviru COVID-19 y los efectos de la caída de los precios del petróleo.

Ríos, de manera tajante señala que el déficit fiscal debe ser reducido de manera drástica, no solo mediante recortes del gasto superfluo, sino modificando la propia estructura del gasto.

"Urge, por ejemplo, liquidar las empresas estatales sin mayor cálculo político electoral, que constituye buena parte del gasto público y, por tanto, del déficit fiscal; la liquidez no puede producirse de manera artificial, sino que tiene que ser generada por la misma economía con sus propios mecanismos de adaptación a una nueva realidad", afirma.

López, sin embargo, asegura que los efectos del Coronavirus COVID-19 serán menores en la economía de Bolivia, con relación a los países de primer mundo. En cambio el mayor efecto tiene que ver con la caída de precios del petróleo.  

En ese ámbito el economista sugiere que hacer víable con mayor fuerza la iniciativa privada, sin dejar de lado la inversión pública, prevista para este año sobre 4.000 millones de dólares. 

En ese ámbito, sugiere ser creativos y ver la manera de reactivar con más fuerza los vínculos de cooperación con los organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM), el BID(Banco Internacional de Desarrollo) y el FMI (Fondo Monetario Internacional) para evitar esos perfiles peligrosos de la recesión.

"Hay que buscar fuentes externas de financiamiento para reactivar la economía y ayudar con las metas de inversión proyectados. Para ello, necesitamos los dos motores, el sector privado debe estar en correspondencia con la fortaleza del sector público", enfatizó.

El economista muestra optimismo y afirma que Bolivia no va a llegar al extremo de la recesión y menos en una crisis. "El cambio político, ha sido importantes, dado que con el anterior gobierno, con su política expansiba del gasto público y mayor endeudamiento nos estaba conduciendo camino a la recesión. En cambio ahora hay señales de optimismo que nos abren los caminos a una apertura plena al sector privado y las nuevas inversiones a largo plazo", apunta.

A su vez, Rodriguez remarca que más allá de la coyuntura actual, el país de cualquier manera requiere redireccionar su economía con políticas y con reglas claras. "Primero, seguridad jurídica para la inversión, lo que implica protección al capital privado, pero además un entorno favorable. Segundo, seguridad de mercado externo e interno vía la libre exportación. Y tercero, políticas públicas con reglas claras, sin miedos y sin tappujos que permitan abrir  mercados y competitividad". 

El Invitado

German Molina
economista

"Hay que hacer ajustes pero a la realidad de hoy"

"El crecimiento de la economía mundial está en continua declinación hacia una probable recesión económica secular que se caracteriza por bajas tasas de crecimiento por largos periodos de tiempo y a la fecha no hay ni indicios de resolverse en el corto plazo. 

En ese contexto, el actual PGE 2020 elaborado por la anterior administración en otro contexto económico, político y social, tiene que ser ajustado a la actual realidad boliviana que la economía se viene enfriando desde el 2017. 

Ante este hecho económico las políticas fiscales y monetarias de forma sincronizada tienen que estar dirigidas a enfrentar el actual ciclo económico de crisis dotando de liquidez a la economía particularmente al TGN (Tesoro General del Estado) porque el agente económico, el gobierno,  es muy importante en nuestra economía porque el resto de los agentes son dependientes.  

Ante la actual crisis todos los bolivianos debemos unirnos y además el gobierno tendría que conformar un consejo económico, social y político con destacados profesionales para que nuestro país resuelva los problemas de forma eficiente según nuestra propia realidad. Entre otras acciones, por ejemplo hay que racionalizar el gasto público corriente y ser austeros a la hora de negociar por ejemplo el incremento salarial"

A nivel global

Mundo: El pasado jueves, un reporte de la BCC Mundo, señaló que en un principio la situación del COVID-19  parecía estar confinada a los países asiáticos, el escenario actual es completamente distinto: el brote está presente en al menos 114 países, ha contagiado a cerca de 120.000 personas y ha dejado más de 4.200 víctimas fatales. 

A la decisión de Italia de poner a todo el país en cuarentena -además de una rápida propagación de la enfermedad en el resto de Europa y Estados Unidos- se suma el desplome de los precios de petróleo y la montaña rusa de las bolsas, haciendo que muchos expertos consideren que una recesión económica global durante el primer semestre de este año sea casi inminente.

Impacto: A la decisión de Italia de poner a todo el país en cuarentena -además de una rápida propagación de la enfermedad en el resto de Europa y Estados Unidos- se suma el desplome de los precios de petróleo y la montaña rusa de las bolsas, haciendo que muchos expertos consideren que una recesión económica global durante el primer semestre de este año sea casi inminente.

Región: marcos Casarin, economista jefe para América Latina de la consultora británica Oxford Economics, en contacto con BBC Mundo, proyecta que la contracción económica generalizada se dejará caer en el primer trimestre y será de "corta duración".

En el caso de América Latina, explica, estamos frente a un cóctel preocupante."La combinación entre caída del precio del petróleo, desplome de las monedas y coronavirus, es definitivamente negativa para el crecimiento", apunta el economista.