Hay mucha gente que está cansada de escuchar la cantaleta de los 14 años. Se la repite cada vez que hay que mostrar alguna de las barbaridades que cometió el gobierno del cocalero o para señalar la desastrosa herencia que nos ha dejado y que se puede observar a cada paso. Es verdad que no debemos poner excusas al momento de superar los problemas que vive el país, pero tampoco hay que descuidar en cultivar la memoria de los bolivianos, que es tan frágil como un cristal. Mucho menos en este momento en el que resulta muy fácil para algunos construir un relato plagado de mentiras, medias verdades y noticias falsas. Y mientras aquí nos cansamos de escuchar las tropelías del “proceso de cambio”, el cocalero y sus títeres nos quieren convencer de que son la mejor solución para el país y lo van a lograr en la medida en que olvidemos cómo se echaron al basurero los mejores años de la historia de Bolivia.